Es una de las cuatro virtudes morales, reúne el concepto de interacción entre individuo y sociedad, se compone de tres fortalezas: sentido de responsabilidad, equidad y liderazgo.
Para Hodgson & Burque, la mejor manera de definir la justicia es comparándola con otra gran virtud, la humanidad. “Así, mientras que la humanidad se refiere a las relaciones entre dos personas, la justicia se refiere a las relaciones entre una persona y otras personas. Y mientras que el objetivo de la humanidad es mantener una determinación compasiva sobre el otro, el objetivo de la justicia es determinar de forma objetiva los derechos y responsabilidades morales hacia los demás”.
El sentido de responsabilidad o civismo, primera fortaleza, se refiera al comportamiento de la persona que cumple con sus deberes, respeta la ley, contribuye a la sociedad y trabaja en equipo por el bien general. Entre las propuestas para practicar esta fortaleza están: fomentar la igualdad de participación de todos, especialmente de aquellos que se sienten dejados de lado en una discusión o actividad; colaborar con una asociación local que desee brindar una mejora a la comunidad, participar en veedurías ciudadanas y organizar un acto local.
Si amas la justicia, los frutos de la sabiduría son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, las virtudes más provechosas para los hombres en la vida
Proverbios
La segunda fortaleza es la equidad, es una de las más importantes, nos permite ser ciudadanos responsables, verdaderos amigos y tener altos valores éticos. Consiste en proceder de forma justa y ecuánime, dar a todo el mundo las mismas oportunidades y no permitir que los sentimientos personales influyan en una situación.
Hay maneras de practicar la equidad: admitir los errores y disculparse, escuchar sin suponer eliminando prejuicios y visiones estereotipadas, dividir las tareas del hogar y rechazar actitudes machistas y racistas.

La última fortaleza relacionada con la justicia es el liderazgo, abarca el conjunto de habilidades que una persona tiene para dirigir y organizar actividades, suele vincularse también con mantener el orden y disfrutar de buenas relaciones con los demás, generando una convivencia saludable.
Retomando los conceptos de Hodgson & Burque, “una buena definición de liderazgo es la de aquella persona conocedora de sus creencias y valores, capaz de comunicarlo con efectividad y persuadir a los otros a aceptar esos valores y creencias”.
El liderazgo se puede aprender, y para ello tiene mucho que ver los modelos que nos creamos mentalmente. La teoría sobre el liderazgo implícito afirma que tanto seguidores como líderes comparan inconscientemente su idea de liderazgo con un prototipo cognitivo previo, elaborado en parte por exposición a líderes reales o imaginarios del cine o la televisión. Por eso mismo, podemos practicar el liderazgo identificando en una persona que admiremos, sus cualidades y las estrategias que utiliza para que la gente le siga.
Tras revisar la virtud de la justicia y sus fortalezas asociadas, concluimos que la justicia contribuye a hacer del mundo un lugar mejor, su práctica constante nos fortalece como personas y como sociedad.
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